martes

DOS AMANTES



Los amantes (oleo sobre tela) Roberto Volta



Y vas despacio
en esa conversación que susurrada
por el destino abre las miradas
descubre el tiempo que a lo lejos
provoca la ternura, la palabra
ese suave concilio de campanadas
que se mezclan para llamar
nuestros cuerpos al deseo
no es complicidad
ni siquiera es cierto
que cada campanada
estremezca tu cuerpo
con esa sensualidad
que nace en tus poros
pero estamos ahí
ardiendo en cada repicar
mordiendo ese deseo
para acallar los gemidos
indiscretos
para evitar ser vistos
en la hora mas concurrida
mientras me besas
y las confesiones comienzan
a penetrar desde la inocua rejilla
el pecado y la oscuridad
la santa bendición
ese gemido que se escapa
que llega como la absolución
otra vez los besos, las caricias
un padre nuestro que describe
el desconocimiento y la pureza
una nueva confesión
un padre que no está
para descubrir que el pecado
también puede abrir las puertas
a través del deseo
nuevamente las campanadas
tan inusual como la misa
por la muerte del tiempo
la penetración, el simple vaivén
que rompe la soledad
que divide en dos destinos
atados por el deseo

Comienza el final de la soledad
es que nunca abres la puerta
para descubrir que detrás de tu sombra
esta ese fantasma bromista
que va deletreando cada aguacero
todos comienzan a abandonar
lo que pudo ser el escándalo
más vergonzoso del pueblo
dos amantes que conversan
a través de un largo beso
desnudos en esa complicidad
cubiertos de pecado
con el deseo adquirido
en la pequeña habitación
donde los pecados llegan
para ser absueltos
para ser la siguiente conversación
de un selecto grupo de señoras
tan amigas del creador
que jamás serán absueltas
de esa hoguera celestial

Dos amantes que abandonan
el tiempo por la puerta trasera
el pecado que nació oculto
en esa sensualidad
que fue bendecida
por el aliento
Dos amantes
ese beso infinito
que regresa por el sendero
rumbo a la eternidad
porque la eternidad
es tan corta
tan mortal
como esa cascada que muere
en tiempos de lluvia

Dos amantes
el amor que mutila
aquellos caminos que no quieren
que un beso sea el amanecer
mas deseado
que un beso
sea el siguiente mandamiento
después de abrir el pecado
y descubrir que todo es una simple
broma de aniversario
que no existen los misterios
ni aquellas bromas para encubrir
a las misteriosas luces
que nacen en la desesperación

Es tiempo
los amantes caminan en busca
de una nueva historia
de una conversación
que no les prohíba
describir los gestos tímidos
del alma
la simple colección de adivinanzas
que permanece escondida
es tiempo
ya el amor regresa
en busca de nuevos pecadores
ya no están las señales
que desvían el destino
que prohíben
convertir el silencio
en pecado
ya es tiempo
afuera una nube
rompe su rutina
y comienza a conversar.

1 comentarios:

Anastasia Expósito dijo...

Este poema es la belleza misma en suave arruyo, acaricia con tanta sensualidad al amor que siento que es mío, que me lo han dedicado, como ves, me apropio de tus poemas que ya no serán tan tuyos. Hermoso, Julio, como toda tu poesía!!!! Bendiciones para esas musas que siempre te rondan y te acompañan.

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