domingo

HAY SUEÑOS




Hay sueños que convierten a tu vida en un espacio ilimitado, una versión confusa de eternidad y destino. Sabemos por el pasado lo que hemos podido desandar, aquellas rosas que, desnudas, nos esperan en la puerta del colegio y que no somos capaces de tomar porque solo escuchar ese quejido abrumador de la rosa al morir es temible. No hay amistad que soporte tanta inmolación, pero no somos los asesinos del silencio, más bien somos simples espectadores que compramos un asesinato para convertir la tristeza en alegría, para arrancar las lágrimas de dolor de un alma desesperada y es un gesto noble, es un gesto que se agradece, sin embargo nadie detiene el tiempo, nadie vende ese segundo donde podemos salvar a la rosa, ese quejido de amor que se traspola para avisarnos de la llegada de la primavera y es que no hay rosas en el invierno, no hay espacio para tanta amargura, tanto dolor, tanta desesperación y no salimos corriendo, utilizamos otras flores para borrar la tristeza. Es curioso, la palabra soledad es una huella que siempre está pendiente de nuestras conversaciones, va y viene desde aquellos quejidos donde la rosa levanta su mano y se inmola, donde sus espinas la defiende aunque ya está muerta y es que esa inmolación es el gesto perfecto, la defensa de las espinas es la protección contra los estafadores del alma, cada vez que lanzan un ataque una mentira se disuelve, se pierde y no somos capaces más que de protestar por la inoportuna presencia de la espina sin detenernos a pensar que somos parte de una mentira elaborada, que somos cómplices de aquella maldad, de esa permanente protección que nadie entiende, o mejor que nadie quiere entender porque está ahí, muy presente en nuestras vidas y no hay un solo verbo que pueda encerrar su significado.

El mejor lugar para despertar es junto al corazón que amamos, levantarnos, caminar desnudos por esas praderas invisibles de tus dominios, desandar en besos aquellos minutos que nos robó la vida a cambio de un descanso y gritar en silencio un te amo que envuelva a tu amada y la arrastras hasta tus manos en un abrazo de ternura, beber su pudor, sus deseos más íntimos, recorrer ese fragmento de piel donde está dibujado tu nombre, sentir todo el poder de un destino incrustarse en la palabra amor y seguir abrazado para no perderse un solo segundo de esa ternura, para evitar ser expulsado de ese destino tan añorado.

Abrir los ojos, descubrir que la palabra soledad es una realidad que te oprime, que colma tus deseos y los arroja lentamente a esa hoguera encendida por los habitantes del tiempo y donde los pecados evitan su inmolación, solo el amor puede arrojar esos pecados, solo el amor es capaz de iluminar el sonido de aquella orquesta que comienza a tocar su arias en la radio y pones la realidad en el suelo y comprendes que has estado viviendo en el futuro, que no hay una rosa inmolada a pesar de que el invierno es un recuerdo lejano y un futuro cercano que aún no llega y sonríes porque la palabra soledad está cada vez más cerca de ser incinerada en el olvido, porque comprendes que comienzas a desandar ese sendero de amor que tanto deseas y enciendes una vela roja para abrir el portón de los lunes, el que nunca tiene aniversarios y los necesita, no los quiere porque no le gusta desperdiciar el tiempo, porque siempre está pendiente de abrir ese camino y guiarte, porque no es un símbolo al que hay que alimentar con sangre, sino con ese ron que limpia y protege, con el humo del tabaco que aleja sus deseos oscuros y ahí va, rumbo a su felicidad, rumbo a su próxima noche para contemplar otro fragmento de su futuro y se arrodilla, agradece ese gesto con un gesto y sale a caminar en busca del asesino de las rosas y se promete a si mismo defenderlas porque las rosas son ahora su escudo de amor, su protección, su deseo, su guía hasta el destino y no llega hasta las rosas ni el asesino, pero si encuentra las palabras de su amada tatuadas en el papel que no existe y se ríe, está feliz y comienza a escribir su sueño, comienza a dictarme estas palabras para que yo las pueda incrustar en ese papel transparente y se las envíe a su amada para que conozca su sueño, su deseo, su necesidad de regalarle un abrazo, de besar su corazón, de amarla….

1 comentarios:

GINITEANDO dijo...

sonar desde la rosa que encontramos a la puerta del colegio es tierno porque nos devuelve a los primeros rubores del amor... no temer a sus espinas porque las sabemos complices de nuestra pasion,aun mejor .....caminar desnudos y terminar abrazados a la persona amada ,besarla y "gritar en silencio te amo",suenos de dioses...para luego teminar. ... Ver máslanzando a la hoguera encendida la palabra soledad y nuestros pecados,nos hace eternos e inmortales porque hemos convertido a las rosas en escudos de nuestro amor.
Comparto tus suenos,me gustan mucho....saludos desde las rosas

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